La naturaleza es imparable. Y cuando la tierra decide abrirse para que tenga lugar una erupción no hay nada, desde el punto de vista humano, que pueda hacerse para detener la fuerza del planeta. Solo se puede resistir y mantener la esperanza.
En el momento en el que estoy escribiendo este artículo para el blog de Metrópolis Comunicación han pasado ya 35 días desde aquel 19 de septiembre, poco después de las tres de la tarde, cuando Cumbre Vieja decidió recordarnos que vivimos sobre una tierra volcánica y que cada una de las ocho islas canarias están hechas de lava, mar, sol y alisios.
35 días en los que nuestro equipo ha hecho frente al mayor desafío de sus más de 25 años de existencia.
Antes de seguir, quiero hacer un paréntesis para decir que el Cabildo de La Palma es uno de los primeros clientes de nuestra empresa. Son ya 25 años de relación con la institución, que unidos al origen palmero de muchas de las personas que formamos parte del equipo, como Anaïs Ojeda, Daniel Gómez, Andrea Pérez, Sara Concepción y Santiago Pérez, configura una relación muy especial con la Corporación insular, con una implicación hacia el trabajo que va mucho más allá de lo meramente profesional.
La erupción del volcán de Cumbre Vieja no es la primera emergencia a la que nos enfrentamos. Ni estando al frente de la comunicación del Cabildo, ni con el resto de nuestros clientes. Tampoco es la primera vez en la que tenemos que llevar a la práctica los conocimientos sobre la comunicación de crisis.
La diferencia con otras situaciones a las que nos hemos enfrentado es, sin duda, que estamos siendo testigos en primera línea, día tras día, de la tragedia de centenares de familias que lo han perdido todo. Hasta el suelo sobre el que construían sus sueños y las calles en las que han jugado ellos y sus hijos, los colegios, los polideportivos… cualquier espacio en el que transcurría su vida hasta ahora.
En los primeros días de la emergencia, tras consolidar la línea de información de servicio público que consideramos que se debía llevar desde el Cabildo, decidimos que había llegado el momento de combinar información con emoción.
Sabíamos que pronto comenzarían semanas muy duras y que nuestro papel debía ir más allá, haciendo todo lo que estuviera en nuestras manos para ayudar a las personas afectadas a mantener el ánimo y la esperanza, a la vez que poníamos rostro a las muchas historias personales de superación que cada día descubrimos en La Palma.
Fue así como surgió el hashtag #MásFuertesQueElVolcán, cinco palabras llenas de sentido, que se han convertido en el lema de esta emergencia. Seguramente porque, con él, conseguimos dar forma a un sentimiento que tienen la mayoría de los palmeros y palmeras y porque, además, genera empatía y aúna emociones como la esperanza, la superación y la resistencia ante un fenómeno natural. En definitiva, un lema que representa la resistencia histórica de los palmeros a las sucesivas erupciones que han tenido lugar a lo largo de los siglos.
Habrá tiempo de analizar el papel que está teniendo el hashtag en esta gestión de la comunicación, pero ya podemos decir que su gran éxito está siendo que ha conseguido dar el salto fuera de las redes sociales, hasta el plano offline: paredes de cafeterías, la ceniza del volcán en el suelo, camisetas, bolsas de tela y conversaciones espontáneas en la calle se han convertido en el lienzo sobre el que cada día se escriben estas cinco palabras para recordar a todos palmeros y palmeras que continúan siendo más fuertes que el volcán.
6 ingredientes para cocinar un hashtag
En mi opinión, por encima de cualquier característica, el éxito de #MásFuertesQueElVolcán se debe a su capacidad para que la mayoría de las personas afectadas por la erupción de La Palma se sientan identificadas con el hashtag.
Aun así, reúne otros ingredientes que deben tener en cuenta a la hora de diseñar una etiqueta para los contenidos en redes sociales.
- Se recuerda fácilmente.
- Está contextualizado.
- Es visual, al utilizar las mayúsculas para separar las palabras, algo que facilita la lectura.
- Es motivador.
- Es original y refleja los valores que queremos transmitir en cada uno de nuestros contenidos para redes sociales.
- Aporta valor a la conversación. Las redes sociales son audiencia pero, por encima de todo son esencia.
Este artículo pretende ser el primero de una serie de posts que publicaremos en nuestro blog sobre la gestión de la comunicación de la emergencia volcánica. Contaremos en detalle la gestión de la crisis desde el punto de vista de la comunicación, el papel de las redes sociales, la importancia del lenguaje estudiado al milímetro en cada una de las comunicaciones y la evolución de los objetivos de la información que se da en cada momento.
Relataremos cómo nos hemos enfrentado a esta erupción volcánica, una vivencia profesional que será la que más y mejor recordaremos durante mucho tiempo quienes estamos teniendo la gran oportunidad de formar parte del equipo de comunicación del Cabildo de La Palma.
Por los aprendizajes conjuntos, por la complicidad generada dentro del equipo, por los debates sobre cómo enfocar un tema determinado, por las risas, los sacrificios personales y por poder llevar en nuestra mochila una experiencia inigualable que nos hará a todos y a cada uno de nosotros ser mejores profesionales. En definitiva, porque ninguno volverá a ser la misma persona ni el mismo profesional que era antes de la erupción. Hablo por mí pero sé que el resto de compañeros y compañeras piensan exactamente lo mismo.
Para terminar este artículo quiero escribir un GRACIAS gigante e imaginario sobre las cenizas del volcán. En primer lugar, GRACIAS al dispositivo de seguridad y emergencias. GRACIAS también a los profesionales del Cabildo de La Palma por decir siempre sí a nuestras sugerencias. Y GRACIAS a los compañeros de Metrópolis Comunicación que de una u otra manera están siendo partícipes de esta crisis. A veces no hace falta estar presencialmente para sentir el ánimo y la ayuda de quienes están fuera de La Palma.