Llevamos toda la vida oyendo hablar de la teoría de la comunicación, de la existencia de códigos, emisores, receptores y canales… Pero a pesar de ser un concepto muy generalizado, nos cuesta interiorizar que comunicar no se limita a lanzar un mensaje y listo. Lo más importante a la hora de transmitir una idea o pensamiento es “ponerlo en común” con la otra parte y asegurarnos de que nos estamos entendiendo.
Como agencia, en Metrópolis Comunicación, trazamos y diseñamos estrategias, desde las más sencillas a las más elaboradas, para emitir y reforzar ideas fuerza, mensajes o conceptos. Es decir, el espacio dedicado a comunicar es infinito. No obstante, hasta hace muy poco en el sector no había una conciencia generalizada de la necesidad de dedicar la misma importancia a escuchar el mensaje de vuelta que provocamos. Es decir, volcar esfuerzos en observar, averiguar, analizar y medir cómo está respondiendo el público al que van dirigidas todas esas campañas y acciones. Una labor que se denomina escucha activa y que cada vez adquiere más relevancia.
Se trata de prestar atención a nuestros propios resultados, ya que además de permitirnos conseguir más información, nos facilita profundizar en otros puntos de vista y trabajar de forma cooperada con nuestro público objetivo. La escucha activa se llama precisamente así porque requiere un esfuerzo consciente por nuestra parte: conseguir entender los sentimientos que generan nuestras acciones, estimular cambios y afianzar conexiones, y transformar toda esa información en un arma imprescindible para convertirnos en mejores comunicadores.
Escuchar es un esfuerzo
Escuchar al cliente, al entorno, a la competencia, a superiores, y a los medios de comunicación, sin dejar atrás el universo redes sociales. Y, sobre todo, analizar y medir toda esa información que extraemos porque si hay una premisa en nuestra labor diaria como agencia es que las empresas mejor comunicadas son las que mejor escuchan.
Una de las frases memorables del célebre compositor Igor Stravinski ya lo advertía:
“Escuchar es un esfuerzo y solo escuchar no es mérito. Un pato oye también”.
Y no estamos hablando de música, obviamente… Escuchar en global nos ofrece la posibilidad de tener una visión más objetiva y completa sobre los temas de nuestro interés. Si ya nos centramos en escuchar los resultados de nuestras acciones, además nos brindará la oportunidad de crear un ambiente de colaboración mutua con nuestro público objetivo. Y esto, desembocará en una mejor comunicación, menos errores a la hora de interpretar, dar mejores respuestas y ofrecer mejores resultados.
Es decir, la escucha requiere de un esfuerzo consciente, riguroso y profesional, no podemos limitarnos a recibir datos y verlos de manera superficial o realizar interpretaciones personales. Hay que observar, medir, evaluar, analizar, comparar, estudiar, extraer conclusiones, y tomar decisiones.
¿Cómo hacerlo bien?
En Metrópolis Comunicación exploramos con regularidad las diferentes herramientas que existen para llevar a cabo esta labor. Fundada ya desde hace más de 25 años por Santiago Pérez, nuestra agencia ha realizado un esfuerzo por innovar en esta rama de la profesión.
De hecho, disponemos de un departamento específico de análisis y medición encargado de evaluar los resultados, pero que además dispone de un mecanismo propio de evaluación, tanto en el impacto causado como en el retorno de la inversión realizada, al que llamamos Metrópolis Analytics.
Este sistema nos permite evaluar la repercusión de cualquier evento, campaña o marca siguiendo unos parámetros de objetividad y precisión. Basándonos en un análisis cuantitativo y cualitativo del evento, campaña o marca pendiente de estudio, monitorizamos durante el periodo determinado los medios de comunicación (prensa, radio, televisión, digitales y redes sociales) incluidos en nuestra base de datos.
A partir de esta escucha activa, elaboramos informes de impacto, presencia y patrocinio que incorporan el cálculo del retorno de la inversión, aplicando siempre los estándares del sector y las consideraciones de La Guía Práctica de la Medición de la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (ADECEC) y las recomendaciones de la AMEC (Asociación Internacional de Evaluación).
Por tanto, si algo hay que tener en cuenta para comunicar bien es que debemos activar el sentido del oído… y, sobre todo, usar las herramientas de escucha y medición.
¡Mucha suerte en la aventura!