Como hemos analizado en diferentes ocasiones durante los últimos años post-pandemia, la llegada de la COVID-19 transformó radicalmente la forma de trabajar y relacionarnos en el ámbito laboral.
Esta situación marcó definitivamente a las organizaciones, consiguiendo que reflexionaran sobre la importancia de comunicar, y de cómo hacerlo bien, especialmente en situaciones de crisis. Muchas empresas tomaron conciencia de lo vital que es estar en contacto continuo con la plantilla, de informarles sobre lo que acontece en su entorno, y que la organización sea su ‘fuente fiable’ de información.
Ahora, en la era post-covid, esta tendencia al mimo y preocupación sobre cómo informar y hacerlo de forma adecuada ha permanecido, pero se han seguido dando pasos hacia adelante para mejorar la comunicación interna de forma bidireccional.
Una de ellas, sin duda, ha sido la relevancia que ha adquirido la escucha activa, ya que es una herramienta clave para lograr una comunicación efectiva. Escuchar activamente a los empleados significa estar atentos a sus necesidades, preocupaciones y sugerencias, y tomar medidas para abordarlas de manera proactiva.
Una empresa que practica la escucha activa se preocupa por el bienestar de sus trabajadores y trabajadoras, y busca formas de involucrarlos en la toma de decisiones. Cuando escuchamos activamente, estamos mostrando respeto y consideración hacia la otra persona, lo que puede fomentar una comunicación más abierta y honesta, y nos ayuda a construir relaciones más sólidas y significativas.
Aunque es una obviedad, no hay que olvidar que cuando los empleados se sienten valorados y escuchados son más productivos y están más comprometidos con el éxito de la empresa.
En los últimos años, muchas organizaciones a las que asesoramos han dado un paso más en este ámbito, con el incremento significativo de actividades que no solo buscan la cohesión entre los miembros del equipo, sino que también brindan una oportunidad para que los empleados compartan sus ideas y sugerencias de manera informal.
La clave de estas acciones está en que la organización pueda transformar las ideas de sus empleados en acciones tangibles al involucrarlos en proyectos especiales o en la resolución de problemas específicos. Al hacerlo, no solo se demuestra el compromiso de la empresa con la escucha activa, sino que también se fomenta un ambiente de trabajo colaborativo y creativo.
De esta forma, favorecemos tomar medidas para abordar futuros problemas antes de que se conviertan en obstáculos para alcanzar nuestros objetivos. Nuestra plantilla, que está en contacto permanente con clientes, así como en los diferentes procesos de la cadena productiva, cuenta con un gran volumen de información sobre nuestro servicio, por lo que es capaz de desarrollar una mayor capacidad de anticipación ante posibles crisis.
En definitiva, poco a poco, la comunicación interna está dejando de ser la gran olvidada, para convertirse en un pilar fundamental para las organizaciones, en el que trabajar día a día. No debemos olvidar la premisa de que nunca podremos proyectar una buena imagen exterior si nuestro “interior” no está en equilibrio.
En Metrópolis Comunicación contamos con casi treinta años de experiencia y con un diverso equipo de profesionales que puede ayudarte a elaborar y poner en marcha tu estrategia de comunicación interna.