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Papá, mamá: Quiero ser periodista

Tranquilo. Tu hijo no tiene un problema, está bien. No está divagando, ni en las nubes, ni perdido. Simplemente ha hecho su elección. Una elección que podrá ser fácil o difícil como cualquier otra y que tendrá sus buenos y malos momentos como toda profesión, y en general, como todo en la vida, pero que al fin y al cabo no deja de ser su decisión.

El motivo de escribir estas líneas es consecuencia de lo que se oye y se ve por ahí, y más ahora, cuando muchos, tras realizar sus pruebas de acceso a la universidad, tienen que tomar una importante decisión sobre su futuro. Sin embargo, resulta curiosa la reacción inicial en muchas de las ocasiones cuando alguien anuncia que será periodismo la elección. Frases como  “elige algo con más salidas” o “seguramente acabes en el paro al salir de la universidad” -y la mejor- “pues seguro que te veremos pronto en el Sálvame Deluxe” son algunas de las más populares.

Puede que en algunas de esas afirmaciones haya verdad, e incluso que otras opciones sean, de cara al futuro, más acertadas. Sin embargo ¿no es la capacidad de elección personal la que debe determinar realmente la que será nuestra manera de ganarnos la vida en un futuro? Tampoco vamos a hacer un editorial con este asunto, pero sí que es importante reflejar la situación actual por la que pasa la comunicación y los medios. Y qué mejor forma de medirlo que con la reacción de unos padres ante un hijo que les dice que quiere ser periodista.

Porque una sociedad moderna y tecnológica que piensa que gracias a la globalización, las redes sociales y a fenómenos como el conocido ‘periodismo ciudadano’ ya no es tan necesaria la labor del periodista, no es consciente, no obstante, de que gran parte de lo que ve diariamente en la tele, lo que lee en la prensa, lo que escucha, lo que consulta en páginas web para informarse acerca de algo, o los temas que trata en  la sobremesa de una comida, pasan por el aro del periodismo. Una labor diaria que, por tanto, les permite conocer casi de forma instantánea quién ganó el partido del domingo, qué está pasando en Oriente Medio o cuándo empiezan las rebajas.

Y es que a pesar de que no han sido pocas las encuestas en las que el periodismo está a la cola de las profesiones, lo cierto es que la figura del comunicador sigue siendo indispensable a la hora de seleccionar y transmitir la información. Pese a que mucha gente no es consciente del verdadero poder que tiene la comunicación y de lo importante que es saber manejar un mensaje, los periodistas siguen ahí, la mayoría un poco a la sombra, pero trabajando para que el mundo siga girando.

Otra de las cosas que también es importante destacar, y en lo que seguramente un padre no piensa cuando su hijo/a le acaba de decir que quiere ser periodista, es que su destino laboral cercano, probablemente no pasará eternamente por madrugar mucho para estar sentado diez horas delante de un ordenador en la redacción de un periódico, ni que solamente se dedicará a hacer entrevistas a políticos o a escribir reportajes sobre lugares que nunca visitará. Porque una cosa que quizás un padre o  una madre no sepa todavía es que dedicarse al periodismo no es solo eso.

Detrás de muchas  grandes (y no tan grandes) empresas, se encuentra esta misma figura profesional que ayuda a encauzar la estrategia de comunicación de una compañía o marca, resuelve crisis, cambia discursos, consigue información y si lo apuras, también coordina eventos y sabe hasta gastar alguna que otra broma.

También es esa persona que aparece siempre cerca del político de turno, que no se sabe muy bien qué hace, pero que precisamente se encarga en muchas ocasiones de acompañarle por si pasa algo y de asesorarle. Pero es también muchas cosas más y todas ellas son igual de válidas que el médico de la consulta, el contable de la empresa o el profesor que le da clase a tu hijo. Incluso si no fuera por ellos, ¿qué textos se pondrían en los exámenes de acceso a la universidad para comentar, aparte de los literarios?

Así que queridos padres, no teman, que si alguien como García Márquez  aseguraba que el periodismo es la mejor profesión del mundo, tan mal no podrá salir la cosa ¿verdad?

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