¿Sabías que solo 1 de cada 4 personas protagonistas de las noticias son mujeres?
Los estereotipos que perpetúan la discriminación de género inundan la información que consumimos todos los días. Al hojear un periódico, navegar por internet, en los programas de televisión y radio, en nuestras series y películas preferidas, en redes sociales… No importa qué medio de comunicación o qué soporte, la representación de mujeres y hombres en los contenidos es desigual y afecta negativamente a las mujeres.
La tendencia global en la industria del entretenimiento es ofrecer una imagen femenina sexualizada, donde hablamos menos que los hombres, tenemos menos opiniones y desempeñamos pocos papeles protagonistas o profesionales.
Con respecto a los roles destacan las amas de casa con un 75% del total de apariciones y le siguen las activistas sociales y profesionales sanitarias (cuidados). Por otro lado, las ejecutivas y deportistas son minoritarias y las mujeres escasas veces son el foco principal de las informaciones sobre economía, ciencia y tecnología.
Así lo confirma un proyecto de investigación avalado por la ONU en el que participaron más de 100 países: el 46 por ciento de las noticias, tanto en medios impresos como en la televisión, promueven estereotipos de género. Y si no fuera poco, en el ámbito empresarial los hombres todavía ocupan el 73 por ciento de los altos cargos directivos en el sector de los medios de comunicación. Lo que deja la representatividad de la mujer en una cuotas muy bajas.
En nuestro entorno más cercano no somos ajenos a esta realidad. Los ejemplos son visibles diariamente. Las recientes elecciones generales y los debates electorales celebrados en las cadenas públicas y privadas que fueron seguidos millones de telespectadores nos dejaron una imagen para el recuerdo sin mujeres entre los candidatos de las fuerzas políticas mayoritarias, a pesar de incluir en sus temas de debate propuestas relacionadas con feminismo e igualdad.
Datos que confirman la necesidad imperiosa de promover políticas de igualdad que favorezcan el incremento de número de mujeres en puestos de responsabilidad, la adopción de directrices profesionales para reducir la discriminación, o eliminar la imagen actual desigual y negativa que se ofrece de la mujer.
La desigualdad de la mujer en los medios de comunicación en cifras:
- Noticias con historias que refuerzan estereotipos de género: 46%
- Contenidos sobre temas de igualdad: 6%
- Las mujeres solo ocupan el 27% de la alta dirección en medios de comunicación
- Cineastas: 79% hombres, 21% mujeres
- Solo el 31% de los papeles con diálogo corresponden a mujeres
Progreso y futuro
También es cierto que la fuerza de la llamada “revolución feminista” ha permitido que podamos leer recientemente noticias tan esperanzadoras como que La Provincia y El Día, las cabeceras del grupo Prensa Ibérica en Canarias, apostaran por eliminar los anuncios de contactos y prostitución con el objetivo de mejorar el tratamiento de la información sobre igualdad y violencia de género.
Partiendo de la premisa de que la publicidad es una acción comunicativa persuasiva por definición y que es uno de los ámbitos de comunicación más estereotipados, acciones positivas como esta son muy necesarias para avanzar hacia una sociedad más igual.
Por otro lado, a nivel más global, desde la Plataforma de Acción de Beijing que cumple ahora 20 años, se han confirmado algunos progresos ,como por ejemplo, que el porcentaje de historias relatadas por mujeres ha aumentado en la mayoría de las áreas temáticas, y las mujeres se encuentran entre los usuarios más activos de los medios sociales.
No obstante, como profesionales de la información no podemos olvidar que hay mucho camino por recorrer, los medios de comunicación dan forma a nuestro mundo, pero también lo hacen las mujeres como poderosas agentes del cambio en todos los ámbitos de la sociedad.
Ha llegado la hora de que los medios de comunicación así lo reflejen, con especial atención a aquellas secciones masculinizadas, contribuyendo a la visibilidad y valorización de las mujeres, reflejando de forma positiva las relaciones entre hombres y mujeres y eliminando el planteamiento de la igualdad y el feminismo como un enfrentamiento entre los sexos o una merma de derechos.
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