A muchos nos gusta imaginarnos esa fauna periodística que con tanta maestría nos trajo Billy Wilder en Primera Plana, pero si nos damos una vuelta por la realidad no encontraremos a nadie con los dedos manchados de tinta. Los últimos comunicadores en saborear el salón de la fama prefieren trabajar desde la comodidad de sus cuartos y lucir estilos muy heterogéneos. Tienen una capacidad abrumadora para generar contenidos de la nada y colarse en el tiempo libre de los millennial y de la generación Z. A estas alturas ya sabrá de quienes estamos hablando, de esa amalgama de talentos comunicativos que se codean por las plataformas de contenidos online. No hay que negarles el mérito, los más seguidos consiguen con un vídeo superar la audiencia por la que trabaja toda la redacción de El País durante un día, y para ello solo se valen de su ingenio y de una cámara web en su ordenador personal.
Para muestra un botón, el pasado domingo 25 de marzo se marcaron otro punto a su favor cuando el popular youtuber ElRubius batió récord de audiencia para el streaming de un videojuego en la plataforma de contenidos audiovisuales YouTube. Durante la emisión ElRubius superó el millón de espectadores gracias a un torneo de Fortnite organizado por él mismo y para el que convocó a cien creadores de contenidos de habla hispana.
Pero ahí no acaba todo. En el mismo torneo otro streamer español, Lolito Fernández, se coló en la segunda posición en número de espectadores de la historia de Twitch (la apuesta de Amazon para arrebatarle a YouTube el negocio de las retransmisiones en directo de eSport) con más de 400.000 personas viendo en directo todos sus movimientos.
Y la pregunta lógica a toda esta parafernalia es ¿qué tiene que ver esto con los mass media? Pues la respuesta es un todo como una casa. YouTube es una esponja para la inversión publicitaria. En 2017 el conglomerado tecnológico Alphabet, al que pertenece Google y YouTube, obtuvo unos ingresos por publicidad de 95.375 millones de dólares, lo que supone un 20,1 por ciento más que en 2016 y un 41,5 por ciento más que en 2015. Por desgracia para los curiosos el informe no especifica cuántos de esos millones se facturan con la publicidad de YouTube, pero sí se puede concluir que el 86 por ciento de los ingresos totales del gigante tecnológico provienen de la publicidad.
Según el EGM, YouTube acaparó en el periodo de octubre a noviembre de 2017 el 61,2 por ciento de la audiencia en internet de España, de donde son estos streamers que recientemente han marcado un hito de espectadores, una cifra que supera al 58,3 por ciento que registró en 2016 y 56,8 por ciento de 2015 en los mismos periodos. La realidad a la que se tienen que enfrentar los medios de comunicación en nuestro país es que la plataforma de contenidos audiovisuales lideró el número de visitantes únicos de los sitios web auditados por la AIMC con 24,32 millones de usuarios de febrero a noviembre de 2017, casi cinco veces superior al siguiente en la tabla, la edición digital de El País.
Y si alguien estaba buscando un candidato para bajarle los humos al duopolio de la televisión en España quizá tenga que buscarlo en un cambio de costumbres en el consumo de contenidos. La delantera que le está sacando la plataforma estadounidense a Mediaset y Atresmedia podría hacernos reflexionar sobre hacia dónde van las preferencias de los usuarios. De hecho, este texto bien podría titularse «Los espectadores se pasan a YouTube», porque mientras las visitas únicas crecen en la plataforma, el duopolio televisivo pierde cuota de mercado.
Mediaset ingresó 928 millones de euros por publicidad en 2017, lo que supone tan solo un incremento del 0,2 por ciento respecto al año anterior. Además, según datos de Kantar Media registró una cuota de audiencia del 28,7 por ciento, un descenso del 1,3 por ciento. En el otro lado del mercado está Atresmedia, su principal competidor, que el año pasado retrocedió un 0,39 por ciento en ingresos por publicidad, hasta los 799 millones, y perdió 0,5 por ciento de cuota de pantalla, hasta el 26,6 por ciento.
Esta marcha atrás de las dos grandes empresas de la televisión en España se produce en un contexto de recuperación de la inversión publicitaria, respaldado además por un incremento del consumo. Durante 2017 el dinero destinado a publicidad creció un 1,8 por ciento en nuestro país, según señala Infoadex, y el consumo de los hogares un 2,4 por ciento, según el INE.
Entonces, si el mercado se recupera ¿hacia dónde está fluyendo el dinero? Los nuevos canales de comunicación han diseñado una oferta mucho más competitiva que los medios tradicionales, más eficientes por la segmentación y eficaces por la penetración. La información que las nuevas plataformas recaban en la elección del contenido que consumen los usuarios, los datos instantáneos y exactos de alcance e interacciones, así como conocer los perfiles de los espectadores, son aspectos clave para muchas pymes y microempresas que no necesitan llegar a un grupo heterogéneo de personas, sino a uno específico y bien identificado. Son precisamente Facebook y YouTube quienes ofrecen este servicio y además lo hacen a precios muy competitivos. No es de extrañar, por tanto, el linchamientomediático de los últimos días a la popular red social, pues compite ferozmente por captar el interés de los anunciantes. Solo hay que recordar que Facebook cerró 2017 con 12.779 millones de dólares en ingresos publicitarios, un 48 por ciento más que en 2016.
En este panorama de auge de nuevos canales de comunicación ha surgido una fauna de creadores de contenido que está arrancando de las pantallas de televisión a los espectadores para engancharlos al móvil y a los monitores de ordenador. Ellos sostienen ese crecimiento exponencial de los ingresos publicitarios de los gigantes tecnológicos. Muchos además cargan a sus espaldas el éxito que los eSport han cosechado estos últimos cinco años, captando la atención de millones de aficionados con llamativos espectáculos que han sido exclusivamente retransmitidos por internet. Y como todo ecosistema mediático, donde hay un espectáculo hay un comunicador detrás para llegar al gran público. Muchos de los youtubers y streamers más populares comienzan a ver un incipiente mercado en la figura del caster (comentarista de eSport), un mercado tan suculento que hasta instituciones como el Cabildo deTenerife han decidido llevar la delantera e invertir en un centro de formación para el desempeño profesional de esta actividad.
¿Se puede decir que los eSport están llamados a competir ferozmente por atraer inversión publicitaria? Quizá es mucho suponer, pero la apuesta que empresas como Movistar y Orange han hecho para elevar sus equipos a primera categoría mundial y la creación de divisiones de deportes electrónicos de algunos clubes españoles echa más leña a un fuego avivado por los consumidores más jóvenes, los mismos llamados a cambiar la cultura de consumo de contenidos. Y salvo contadas excepciones, es cierto que en este mundillo a los medios tradicionales ni se les ve ni se les espera.