Si eres lector habitual de prensa, habrás visto más de una vez un espacio bajo el título ‘Fe de erratas’ o ‘Fe de errores’, normalmente ubicado en la sección ‘Cartas al director’ o en ‘Opinión’, donde se realiza una aclaración sobre alguna información que se ha publicado y que contiene algún error, de diferente índole.
Como se suele decir, reconocer los errores es de sabios, y en el ámbito de la comunicación esto es una máxima que no debemos olvidar. Como en cualquier sector, se cometen fallos, muchos, pero lo que debe diferenciarnos es cómo los gestionamos y reconocemos públicamente.
En este sentido, el periódico El País ha convertido todas aquellas equivocaciones y meteduras de pata de sus redactores en una oportunidad para aprender de ello. En 2014, el periodista y autor del Libro de Estilo de este diario, Álex Grijelmo, emprendió un proyecto para recopilar todos esos desaciertos en un libro.
En qué estaría yo pensando recoge todo tipo de errores, desde opiniones excesivas, publicación de datos erróneos o el uso del off the record (aquello que es relatado por una fuente fuera del momento de la entrevista, y que no debe ser contado).
Otros grandes diarios, como el New York Times, también han copiado la idea, y el pasado mes de julio publicaban una serie de artículos, bajo el título Estaba en un error, donde cuatro columnistas analizan sus predicciones erróneas o malos consejos, y reflexionan sobre por qué cambiaron de opinión.
Sin duda, y esto es algo que no debemos olvidar, tal como relata la corresponsal en Lisboa de El País, Tereixa Constela, en una reciente publicación digital del diario donde recuerdan esta publicación, “la profesión periodística se sustenta sobre un doble pacto del periodista, con sus fuentes y con sus lectores. Hacer más transparente el circuito de la comunicación refuerza la credibilidad del periodismo. Asumir los fallos, también”.