Las nuevas tecnologías han allanado el camino de la comunicación, pero también han supuesto un escollo a las noticias bien elaboradas y contrastadas, generando un exceso de información, que en muchas ocasiones, resulta incompleta, sesgada o simplemente falsa.
En el territorio nacional, este término afloró en mayor medida a raíz del referéndum catalán del 1 de octubre al detectarse varias noticias falsas que intoxicaron el debate sobre la independencia de Cataluña. Se ha convertido en una preocupación más para el Gobierno central que ha anunciado recientemente, que realizarán desmentidos rápidos para evitar que se generalicen estas noticias falsas.
Hasta la propia ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha planteado unir a políticos y editores para ganar la batalla contra las ‘fake news’ pero contra esta marea de informaciones la mejor herramienta es el sosiego. Se debe huir del consumo ansioso de información, reflexionar, contrastar y digerir los datos para elaborar nuestro propia opinión y creencia al respecto. Esta es la mejor medicina para controlar o al menos paliar la infoxicación.