Shun-Tzu aportó un conocimiento revelador en El arte de la guerra sobre cómo se articulaba la ferocidad del ejército chino en el desarrollo de la batalla. Defendió que el conocimiento de cómo piensa el enemigo era clave para mover ficha y anticiparse a sus movimientos. Estos conceptos son aplicables a la táctica y a la técnica en el fútbol, un deporte que se desarrolla sobre las líneas maestras de la estrategia y el análisis pormenorizado de todos y cada uno de los elementos que existen tanto fuera como dentro del terreno de juego.
La obra del autor asiático, aunque puede tener cabida en el fútbol base y en la formación de los niños y las niñas, pierde terreno en favor de lo que llamaríamos el arte de la comunicación amable.
La gestión de redes sociales en los clubes de fútbol más modestos se ha convertido en una tendencia en ebullición, cada vez más necesaria para que los equipos puedan difundir su labor formativa y captar a más jóvenes. La comunicación, y en particular la figura del community manager, se mimetiza con la filosofía de las cadenas de filiales, muchas veces cimentada en el afán por adaptar el espíritu competitivo a la necesidad de caminar hacia una meta meramente lúdica.
Llegados a este punto, ¿cómo influye el arte de la comunicación amable? Pues en la capacidad de ganar más adeptos a la causa del equipo, logrando el interés y la atención de toda clase de públicos a golpe de creatividad, lenguaje llano y publicaciones que transmitan la simpatía intrínseca a cada club.

Un perfil multitarea
Esta modalidad podría suponer el primer paso para periodistas y creadores de contenido que quieren comenzar a carburar en un mundo apasionante y que representa la antesala al escenario profesional. Se comienza a forjar, así, la proactividad connatural al oficio del comunicador actual, más parecido a un cefalópodo con múltiples tentáculos (habilidades) que a una persona con dos manos.
Se podría teorizar sobre la idoneidad de incorporar a este perfil en el organigrama deportivo de cada equipo de fútbol base, pero su relevancia es tal que incluso abarca las funciones embrionarias de un jefe de prensa o responsable de comunicación. Supone una primera experiencia en el fragor de una batalla continua por trasladar el potencial de su trabajo al prestigio del que pueda gozar el propio club.
El gen creativo es otra de las virtudes, en ocasiones desarrollada con tardanza, que posee el pseudoprofesional de la comunicación en el fútbol base, ya que incluso debe adoptar tareas más cercanas al diseño y la creatividad publicitaria de manera autónoma con el objetivo de perfeccionar la hoja de presentación de la organización deportiva a la que representa.

Inminente camino hacia la profesionalización
El empuje de las federaciones deportivas ha propiciado un germen que aboca a los clubes deportivos, incluso a los más modestos y pobres, a profesionalizar a los distintos perfiles que trabajan día a día en sus instalaciones.
El dilema surge con la capacidad que tengan estos equipos de remunerar a un community manager de perfil básico para desempeñar múltiples tareas. Acapara diversos campos de actuación, pero aún queda lejos su consideración como trabajador con una contraprestación fija.
En este contexto tan difuso, queda en el limbo la posible rentabilidad tanto para el club como para el profesional de cruzar sus caminos. Dependerá, pues, de cuán amable sea su capacidad de comunicar.
En Metrópolis Comunicación, empresa fundada hace más de 25 años por Santiago Pérez, contamos con una amplia experiencia en desarrollar estrategias de comunicación adaptadas a las necesidades, características y objetivos de cada persona o entidad para la que trabajamos.